9/6/13

Qué más os puedo decir

Transcribo las últimas líneas del relato El Reloj, de Ivan Turguéniev:

«Así que este es el final de mi historia del reloj. ¿Qué más os puedo decir? Cinco años más tarde, David se casó con su Raissa, y en 1812, con el grado de teniente de artillería, murió gloriosamente el día de la batalla de Moskova, defendiendo la fortificación de Shevardinsky.»

«Desde esos días ha pasado mucha agua bajo el puente, y yo he tenido muchos relojes; he llegado incluso a darme el lujo de un auténtico repetidor, con manecilla segundera e indicador de fecha... Pero en un cajón secreto de mi escritorio guardo un reloj antiguo de plata con una rosa en el cuadrante; lo compré a un vendedor ambulante judío, impresionado por su parecido con el reloj que mi padrino me había regalado en otro tiempo. De vez en cuando, cuando estoy solo y no espero a nadie, lo saco del cajón y, al mirarlo, me acuerdo de los días de mi juventud y de mi camarada de esos días, que se han ido para no volver.»

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